En el salón de ballet, los movimientos precisos de ella seguían el ritmo marcado por su profesor. Las correcciones eran constantes, sus manos firmes ajustando cada postura, cada giro. Entre ensayos privados y miradas furtivas, la tensión fue creciendo, hasta que el baile se transformó en algo más... una coreografía de deseo y entrega en cada movimiento, sin pasos en falso, solo pura conexión.
En el salón de ballet, los movimientos precisos de ella seguían el ritmo marcado por su profesor. Las correcciones eran constantes, sus manos firmes ajustando cada postura, cada giro. Entre ensayos privados y miradas furtivas, la tensión fue creciendo, hasta que el baile se transformó en algo más... una coreografía de deseo y entrega en cada movimiento, sin pasos en falso, solo pura conexión.
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